viernes, 26 de febrero de 2016

Vacaciones 2015 en Francia - 8ª entrega

Día 10 – 14 de Septiembre de 2.015:   Saint-Maló-Costa Esmeralda-Tréguier- Plounévez Lochrist.

Son las 7 de la mañana. Ya se nota que vamos relajando un poco los horarios. Se acusa el cansancio. Hoy tenemos desayuno en el hotel, a volonté, así que, nos ponemos las botas, jajaja. Lo que si vemos es que venir con mascota cuesta un "güevazo",

Y como tenemos ascensor, no llegamos deslomadas al coche y nos vamos a ver la city. Pero nos enredamos dentro (de la ciudad amurallada) de tal forma y entre las vueltas que dimos y la dificultad para aparcar, acabamos rindiéndonos y buscamos la salida.
De repente, una barrera bajada a la entrada de un puente, ¿qué pasa? Pues que el puente se está moviendo para que pase un velero por el medio de la carretera. O_o

Nos fuimos bordeando la Costa Esmeralda hasta que llegamos a Paimpol dónde hicimos una breve parada en el puerto, pero como veíamos que el tiempo empezaba a empeorar nos fuimos hacia la zona de la Ile de Brehat.


Un montonazo de islotes y la propia isla que se puede visitar en ferry, pero que hoy no está el océano para muchos paseos. Semejante ventolera y frio que hacía, y cuando caía el chaparrón, mejor que pillase a resguardo.

Así que, como en otras ocasiones, comimos por nuestra cuenta (o sea, en el coche) con una vista excepcional: el archipiélago de Brehat. Supo a gloria.


Ya por la tarde nos fuimos para Treguier, nos encantó. Una catedral estupenda, llena de vidrieras y donde veneran a St. Yves, casitas de entramado de madera de nuevo y como en otras ocasiones, se nos fue un mogollón de tiempo allí.



 Y ya desde ahí, y viendo que el tiempo se ponía cada vez más negro, ya nos fuimos a buscar nuestro alojamiento de esta noche.
Hoy, la opción fue diferente, una “Chambre d’Hote” en vez de un hotel. Según booking, es enorme, mide 40 metros cuadrados, tiene hasta vestidor, y va con desayuno incluído, así que, vamos a probar suerte, a ver que tal.
Es la “Chambre d’Hote de Frédé" en Plounévez-Lochrist. La recomiendo encarecidamente a quien quiera ir por allí.
El Gps lo llevó más o menos, pero al final la encontramos. La dueña encantadora y muy amable. Y cuando nos enseñó nuestro “cuarto” no dábamos crédito. Una habitación enorme, aparte de bonita, con una mesa y su tetera e infusiones. El cuarto de baño con ducha y bañera. Aparte, el aseo. Un vestidor y el pasillo. Y teníamos el desayuno incluído. En fin, que no nos lo creíamos. Y de piso bajo, así que, adiós escaleras. Mejor imposible.


Y con el ruido de la lluvia en el tejado, nos quedamos fritas.

Mañana más y mejor.

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